CARISMA Y ESPIRITUALIDAD DE LOS MISIONEROS DE LA PUREZA TRINITARIA (MPT)







CARISMA: Encarnar con decisión y valentía la bienaventuranza de Jesús: “Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios”. Mt 5, 8

Este carisma nos ayudará a vivir el plan original que Dios ha dispuesto para cada estado de vida: solteros, casados, consagrados y sacerdotes. Apoyados en la pureza de vida que Jesús nos presenta en las bienaventuranzas. 

MISIÓN: Dejarnos restaurar por Jesús, caminando hacia la pureza original para armonizar mente, cuerpo y espíritu. A ejemplo de María Inmaculada y su castísimo esposo San José. Suscitando en los corazones, el deseo de la pureza original mediante el testimonio de vida. Aspirando a la pureza integral que nos lleve a la unidad con Dios Uno y Trino.


ESPIRITUALIDAD
: Nuestra espiritualidad se nutre del sermón de la montaña, con las bienaventuranzas, haciendo énfasis en la limpieza de corazón para llegar a Dios. Esa limpieza se logra con una vida entregada al servicio de los hermanos como lo pide Jesús practicando las obras de misericordia y nutrirnos de las virtudes teologales y cardinales. 

Para servir con limpieza de corazón necesitamos la triple pureza, purificar nuestros sentidos y obrar con recta intención: pureza de mente, pureza de cuerpo y pureza de espíritu.

Así mismo nuestra espiritualidad es trinitaria porque Dios Padre nos ayuda a tener una mente ordenada, Dios hijo nos enseña el camino para vencer la concupiscencia de la carne y Dios Espíritu Santo, purifica nuestro espíritu de los apegos que nos impiden avanzar hacia la vida unitiva con Dios. 

SANTOS PROTECTORES DE LA COMUNIDAD MHPT

La Santísima Vírgen María

Debe ser la devoción por antonomasia del discípulo de Cristo y por ende de todo Misionero Hijo de la Pureza. María es modelo de pureza y fiel ejemplo a seguir. “El Redentor forma a su Madre a partir de la gracia de la Cruz, erigiendo en ella una imagen de lo que había sido la idea originaria del ser humano: un ser que no quiere usar su espíritu, su alma y su cuerpo para ninguna otra cosa que para ser servidora y vaso de la Palabra de Dios que habita en ella”. María es el modelo de la nueva creación, de quien debemos apoyarnos para ser restaurados en el plan original del Creador. Dicha devoción mariana se expresa con el rezo del santo Rosario diario, jaculatorias, actos de amor, consagración frecuente a su maternal cuidado, el rosario de la pureza y deseos sinceros de imitar sus virtudes cada día. También se promueve la consagración a María, cuidando una buena preparación espiritual, para ser todo de María “Totus Tuus”.

Después de la devoción especialísima a la Madre de Dios, María Santísima y a san José su Esposo; tomamos las enseñanzas y ejemplos de san Antonio Abad,  san Juan Pablo II, santa Teresa del Niño Jesús y beata Concepción Cabrera de Armida.
Cada uno de ellos aporta elementos para restaurar el corazón mediante la penitencia, el amor a Jesús Eucaristía, la pasión por las  misiones y la dignidad del hombre para vivir la pureza integral.


Tenemos dos modelos de entrega de vida en pureza: la Inmaculada Virgen María, modelo de pureza y su Castísimo esposo San José, custodio de la Pureza. Ellos nos ayudan a todos: solteros, casados, consagrados y sacerdotes a vivir una vida de pureza y castidad al servicio de la Iglesia en el mundo.  

San José, Esposo de María

Es modelo y custodio de la Pureza para todo aquel que desea ser parte de los Misioneros Hijos de la Pureza. En una sociedad que cada vez se deteriora más la figura paterna, san José se presenta como modelo de Esposo fiel, Padre virginal, hombre trabajador, justo, responsable y virtuoso. En su relación paternal con Jesús, lo adoptó amorosamente, cuidándolo y enseñándole su oficio de carpintero, tanto que le conocían en la comarca como el Hijo de José o el Hijo del carpintero. Quien mejor que san José tuvo una buena muerte, según la tradición estuvo rodeado del mismo Jesús y María, de ahí se le invoca como patrono de una buena muerte, como dice la devoción popular: Señor san José cuando mi muerte llegare, tu patrocinio me ampare, el de Jesús y María; Castísimo Patriarca san José, concédeme vivir en la pureza y aumente nuestra fe. Sus fiestas litúrgicas se celebran el 19 de marzo y 1 de mayo, mismas en las que se promoverá la consagración a su patrocinio,  con una previa preparación de 30 días, meditando sobre las virtudes de este Justo Varón, proponiéndole cómo modelo de padre y esposo. Es bueno resaltar también la fiesta litúrgica que es movible dedicada a la sagrada familia, para renovar las promesas matrimoniales entre los esposos.

San Antonio Abad
Dicho santo se toma como protector y ejemplo de vida radical en el seguimiento de Jesús. Padre del monacato oriental, de muy joven calaron en su corazón las palabras dirigidas al joven rico: “
Si quieres ser perfecto, ve y vende todo lo que tienes y dalo a los pobres, y así tendrás un tesoro en el cielo, luego ven y sígueme”. La llamada a dejarlo todo, no se hizo esperar, repartió su herencia reservando una parte para su hermana a quien entregó al cuidado de unas vírgenes consagradas. Ejemplo de respuesta valiente y generosa, renunciando a las cosas del mundo para vivir la pureza del evangelio. Además dió ejemplo de mortificación y lucha contra los enemigos del hombre: el mundo, el demonio y la carne. Comenzó venciéndose a sí mismo, dominando sus propios demonios, con oración, ayuno y mortificación.



Santa Teresa del niño Jesús y de la Santa Faz


Virgen y Doctora de la Iglesia, quien por vida y escritos es modelo de santidad y camino de pureza, nos invita a confiar en Dios y abandonarse a Él siendo como niños, también conocida su espiritualidad  como camino de infancia espiritual. Sus padres fueron San Luis Martín y Santa Celia María Guérin, ambos canonizados por el Papa Francisco el 18 de febrero de 2015.

Entró de quince años de edad en el monasterio de las Carmelitas Descalzas de Lisieux, Francia. En pocos años de vida llegó a ser maestra de santidad por su entrega generosa y simplicidad de vida, haciendo extraordinariamente bien, las cosas ordinarias.

Su camino para llegar a Dios fue la sencillez del alma. Hacer con amor a Dios todas las labores cotidianas. Tener detalles de amor con los que la rodeaban, en esto consistió la grandeza de Teresa del NIño Jesús y de la santa faz. Su anhelo final era pasar su cielo haciendo el bien en la tierra.

El secreto fue reconocerse pequeña ante Dios Padre, tener una actitud de niña y dejarse amar por Él, con confianza absoluta, con humildad, sirviendo a los demás. Esto es su caminito de la infancia espiritual, un camino de confianza y entrega absoluta a Dios en el diario vivir.

San Juan Pablo II 

Su pontificado duró más de 26 años, tercero más largo en la historia de la Iglesia, predicador y misionero incansable por todos los continentes, visitando más de 129 países, siendo México uno de los más visitados (5 veces). Un pontificado fecundo que se mantiene en la memoria de generaciones y en los escritos que  dejó: 14 Encíclicas, 15 Exhortaciones Apostólicas, 28 Motu Propios, Cartas, Discursos, homilías, audiencias, etc., es abundante el tesoro para alimentar la espiritualidad de la pureza.

Fue un hombre íntegro, congruente, que irradiaba el amor de Dios y lo aterrizaba en el amor al prójimo a lo largo de su vida. Desde pequeño, supo integrar el sufrimiento como camino de purificación abrazando la cruz. Después como seminarista, sacerdote, obispo y como Vicario de Cristo se destacó por su gran amor a María, plasmandolo en su lema episcopal: “Totus Tuus”. Su celo por las almas lo aterrizó como Papa misionero visitando los cinco continentes y 104 viajes apostólicos fuera de Italia y 146 dentro de Italia, a ejemplo del gran misionero de todos los tiempos: san Pablo. 

En su magisterio tan sólido y abundante, deja una visión de Dios, del mundo y del hombre, como una gran mina con inmensos tesoros para seguir aplicándolos al hombre de todo tiempo. Mucho ayudarán, sobre todo las 129 catequesis  sobre el amor humano, llamadas teología del cuerpo, donde expone una antropología teológica partiendo de la Sagrada Escritura donde pretende reflejar los tres momentos de la historia del hombre: 

El hombre resucitado o "escatológico" en su situación definitiva (El hombre restaurado en pureza a través de la Redención y vida plena en la gloria futura). 

Beata Concepción Cabrera de Armida 


Nació en San Luis Potosí, México, el 8 de diciembre de 1862. De niña le gustaba enseñar a leer y catequizar a los más pobres. Contrajo matrimonio con Francisco Armida y de esta unión nacieron 9 hijos, a quienes les dedicó su vida con alegría y especial atención. El ser esposa y madre no la alejó de la vida espiritual. Un día estando en ejercicios espirituales escuchó, claramente y sin dudarlo, una voz que le decía: Tu misión es salvar almas. Todo su anhelo era pertenecer al Señor, tanto que grabó en su pecho el Santísimo nombre de Jesús, así mismo deseaba que todos conocieran al Señor y le permitieran obrar en sus vidas de ahí su oración que hacía con frecuencia: Jesús, salvador de los hombres, sálvalos. 


La fuerza de su testimonio consiste en haber escogido, desde la adolescencia, consagrarse al Amor absoluto, a Dios. Elegir a Dios como Amor absoluto significó para ella abrazar su voluntad permanentemente, tanto en la vocación al matrimonio y la vocación a la santidad. Nos encontramos frente a una mujer de fuerte personalidad con dones excepcionales tanto humanos como cristianos, es presentada como un modelo de esposa, madre y discípula del Señor, proyectaba su espiritualidad en el apostolado incansable que realizaba, sin descuidar la vida de oración. Tenía la mente y corazón fijos en el cielo pero
los ojos pendientes en las cosas de la tierra. Adoraba, exaltaba la grandeza de Dios pero se ocupaba también de las miserias y necesidades de los hombres.




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